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INTRODUCCIÓN
Cuando las sensaciones nos impulsan a llevar a cabo acciones imprevistas, solemos asociarlo a determinados estados alterados de ánimo. Pero cuando estas acciones están provocadas por un estado alterado de nuestra consciencia, la situación pasa a ser encuadrada dentro de lo que damos en llamar: experiencias de tipo extrasensorial o paranormal.
A este tipo de experiencias extrasensoriales, son a las que preferentemente se hará referencia en el presente libro. Experiencias por otro lado no exentas de una explicación lógica o científica, en la medida que ello es posible pero que, en la mayoría de las veces, su comprensión escapa a nuestro lógico razonamiento.
Para ello se recurrirá a las antiguas historias, leyendas y tradiciones que, desde el origen de los tiempos, nos hablan de estos fenómenos de tipo paranormal o extrasensorial, pero, sobre todo, a las historias contadas desde el mundo del nagual, del chamán y del neo-chamán actual. Aspectos todos ellos que serán tratados desde y donde el acceso a los diferentes estados alterados de la consciencia nos permite conocer la información que, de otra forma, sería menos que imposible conseguir; puesto que nos trasladan a un mundo paralelo del que consideramos físico o real, y donde todas las cuestiones obtienen una respuesta apropiada. Un mundo sutil al cual los antiguos ya conocían su acceso; bien a través de los sueños, de los oráculos —como en el Templo de Delfos— o de determinados rituales considerados mágicos por el conocimiento esotérico que comportaban.
A tal fin, y a través de las diferentes historias y experiencias aquí narradas, el lector, será guiado por un camino sutil donde —si está preparado— será capaz de recoger los frutos ofrecidos para quien tenga despiertos los sentidos.
La presente obra no pretende ser una guía mágica, ni un libro de instrucciones sobre determinados rituales o técnicas al uso, encaminadas a conseguir satisfacer nuestras necesidades o deseos. Es más, ni siquiera tiene la pretensión de servir de libro de cabecera para ser utilizado como referente sobre temas relacionados con el chamanismo. Si bien, en el ánimo del autor, subyace la intención de que pueda resultar idóneo como ejemplo que pretende mostrar un camino sutil, a la vez que real, con una posibilidad efectiva de servir de utilidad para la realización personal de cada individuo, aun cuando no existan normas ni reglas explícitas, puesto que se muestra abierto y accesible a todo aquél que lo desee recorrer y sea capaz de visualizarlo con los ojos del alma.
Prepárese el lector pues a entrar en un mundo adimensional, no exento de realidad, y con el que únicamente se verá interrelacionado a través de los estados alterados de la consciencia.
PREFACIO
“No se puede enseñar nada a un hombre…
Sólo se le puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de sí mismo.”
Galileo Galilei
DONDE LA CIENCIA NO ALCANZA, LLEGA LA MAGIA
¿A qué llamamos magia?
“La fe mueve montañas…”
Esta frase que tantas veces hemos leído o escuchado, donde Jesús dice a sus discípulos: “Si tuvierais tan solo un grano de mostaza de fe, le diríais a la montaña ‘sígueme’ y ésta os seguiría”, posee la clave o las respuestas a la mayoría, sino a todas, las cuestiones que nos plantean los hechos considerados milagrosos o sobrenaturales.
La mente humana es racional a la vez que intuitiva por naturaleza. Por ello no es casual que el cerebro humano esté diferenciado en dos partes: la parte llamada hemisferio izquierdo; destinada principalmente al razonamiento lógico, y la parte derecha o hemisferio derecho; encargada de desarrollar las facultades intuitivas o extrasensoriales.
Sin embargo, ya desde la infancia, se nos enseña a utilizar únicamente la parte racional, la lógica, la intelectual, la científica. Y ello en base a que, incomprensiblemente, se obvian las capacidades intuitivas que posee el cerebro humano en su mitad derecha, lo que con el desuso en el tiempo, acabará por convertirse en un “apéndice” del hemisferio izquierdo; de ahí que la ciencia médica tradicional no asigne diferentes capacidades o propiedades especializadas a cada hemisferio, a pesar de que ya en el año 1878 el neurólogo británico John Hughlings Jackson, describiese al hemisferio izquierdo como el centro de la facultad de la expresión. Es decir, el hemisferio izquierdo estaría especializado en el lenguaje articulado y en la administración de los recursos lógicos o de razonamiento; como puedan ser el tratamiento y análisis de la información. Pero a pesar de tales evidencias ya aceptadas por la ciencia actual, la falta de educación o aprendizaje del hemisferio derecho, hace que se acabe por olvidar que se posee la capacidad de intuir, de percibir de forma extrasensorial una información que el hemisferio izquierdo no es capaz de procesar por su condición de racional. Paradójicamente, el hemisferio izquierdo controlaría la parte derecha del cuerpo, mientras que el derecho haría lo propio con la izquierda.
Pero aquí no vamos a tratar de explicar el funcionamiento del cerebro, sino conocer, aunque sea someramente, ciertas cualidades del mismo; a fin de comprender el por qué se producen determinados hechos calificados de sobrenaturales o milagrosos.
Para ello vamos a utilizar la figura del chamán; un personaje muy singular, existente en todas las culturas y civilizaciones de la humanidad desde el origen de los tiempos.
El chamán es un personaje poco conocido, a pesar de que últimamente se hayan escrito ríos de tinta sobre chamanismo, pues cada cultura o civilización ha venido interpretando a dicho personaje dentro de un concepto muy ligado y personalizado a cada tribu o cultura donde éste se hallaba reconocido como tal.
Así, tendríamos que, la figura del chamán, dependiendo del lugar donde se encuentre, puede ser identificada como el hombre medicina, el brujo, el hechicero o el sacerdote de la tribu correspondiente, sin que por fuerza tenga que corresponderse con la unión de todas las cualidades mencionadas.
Explicar con detalle científico lo que es o hace un chamán, resultaría inapropiado y hasta irreverente, pues el chamán no se rige por los protocolos utilizados por la Ciencia, sino que habita e interactúa entre dos mundos: el físico o material, y el sutil o del nagual; aspectos que se abordarán con mayor profusión más adelante.
Es por todo ello que las acciones realizadas por el chamán pueden llegar a ser catalogadas de magia, tal como es atribuido a magos y brujos, de los que la literatura ha dado sobrada cuenta, como pueda ser el caso del mago Merlín, por poner un ejemplo popular. Pero para conocer mejor a qué llamamos magia, antes será necesario conocer ciertos aspectos que únicamente pueden ser asimilados por medio de la intuición y de la información recibida a través de la percepción extrasensorial.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras… y cierto que es así. Pero ahora estamos transmitiendo el conocimiento a través de un libro, con las limitaciones que conllevan las palabras. Es por eso que para que la intuición del lector pueda funcionar adecuadamente a lo que se precisa, sea necesario exponer la información anunciada a través de varias historias o tradiciones que serán narradas en el presente libro.
En verdad no podría ser de otra manera, pues como ya he dicho anteriormente, el chamán no sigue un protocolo científico para trasmitir sus conocimientos, así como para interactuar entre el mundo sutil del nagual y el mundo material al que llamamos realidad. Por ello, a partir de ahora, serán las diferentes historias y tradiciones que se narrarán, las encargadas de interactuar entre el lector y el mundo del nagual.
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