Desde que el ser humano es considerado por sí mismo como el “Rey de la Creación”, no ha hecho otra cosa que intentar demostrarse, también a sí mismo, que lo que lo diferencia del resto de los animales que habitan el mismo planeta Tierra es una supuesta superioridad racional. O eso es lo que nos decían desde niños en las escuelas: “el hombre se diferencia del resto de los animales por tener la capacidad de razonar”.

¡Y ahí viene mi incredulidad!

Después de varias décadas dedicado a investigar y observar el comportamiento humano, únicamente he podido constatar dos cosas; tal como antes ya había anunciado Albert Einstein, y es que «dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo».

¿Y por qué digo todo esto…?

Todos sabemos o deberíamos saber que, los medios de comunicación… léase prensa, radio, televisión y, sobre todo, las redes sociales, no están destinados a informar verazmente, sino a conseguir un objetivo. Y en dicho objetivo cabe de todo: desde la burda manipulación, a la conspiración más sofisticada o incluso a la estafa en todos los sentidos. Y a pesar de tener consciencia de ello, una gran mayoría de “seres supuestamente razonantes”, siguen como zombis o hipnotizados, a los que de alguna manera se aprovechan de su estupidez, diciéndoles una y otra vez, de forma repetitiva, aquello que quieren oír o ver.

La forma que suelen utilizar para atraer a su “público” o idiota útil, es la más burda que he visto jamás. Suelen utilizar una noticia alarmante con titulares sensacionalistas, para los casos de “YouTubers” e “Influencers” (palabra aceptada por el público para definir a una persona que se erige en el modelo a seguir por el resto de la sociedad… algo estúpido, sí lo sé, pero les funciona). O por ejemplo, titulares como: “Un contactado con seres alienígenas afirma que, el próximo día 30 de febrero del 2024, llegarán a la Tierra varías naves nodrizas con capacidad para 144.000 personas, que serán salvadas de la hecatombe que se va a producir por las llamaradas subatómicas en fase refractante del sistema solar. Si quieres ser una de esas personas que serán salvadas, suscríbete a nuestro canal y dale al ‘Like’”. Y sí, Señores, aunque no se lo crean, les funciona a la perfección. Masas y masas de “buena gente” (no les voy a llamar estúpidos, aunque lo parezcan), incluso por millones, se suscriben a dichos canales, y aunque haya llegado la fecha anunciada (evidentemente el 30 de febrero no existe) y no haya pasado nada de nada, los impertérritos miembros del canal, siguen siendo fieles a aquellos que los engañan y utilizan para sus fines espurios.

Y es que es muy fácil llamar la atención del público con una noticia sensacionalista, aunque sea falsa. Pero como se suele decir: “las mentiras tienen las patas muy cortas”, y si alguien miente la primera vez para conseguir una audiencia, un voto o el favor del público, la culpa es del mentiroso o manipulador, pues el público que lo ha creído, ha confiado en que le estaba diciendo la verdad, pero cuando las mentiras y manipulaciones son repetitivas (ya no digo la segunda vez), lo razonable (de razonar), es que se castigue al mentiroso o manipulador con la indiferencia total, como mínimo, si no con un castigo ejemplar. En cambio, ante estos hechos repetitivos de mentiras y manipulaciones, observamos con asombro como, los suscriptores, votantes y “gente de bien”, continúan suscritos, votando y aplaudiendo a los defraudadores. En ese caso, la culpa ya no es de los mentirosos y manipuladores, sino de los que se dejan engañar y manipular. Entonces sólo cabe razonar que, ello, se debe precisamente a que dichos suscriptores, votantes y demás “gente de bien”, no razonan, sino que actúan por inercia de la estupidez, y no hay nada más estúpido que un idiota que ni siquiera sospecha que lo es.

Y quizás ahora tenga mayor sentido la aparición de la Inteligencia Artificial en todos los ámbitos de nuestras vidas… pues de seguro que esos “estúpidos” preferirán que sea una Inteligencia Artificial la que “razone” por ellos y les diga cuando deben comer, ir al baño, o a quién votar… en definitiva, no se va a notar la diferencia.

© marzo de 2023 José Luis Giménez