COMUNICACIÓN CON LOS MUERTOS
Existen diversos medios de comunicación con los muertos. En esta página vamos a ver algunos de los medios más habituales.
EL LENGUAJE DE LA MUERTE
¿Se comunican los muertos?
Desde que el hombre tiene consciencia de sí mismo, ha intentado conocer lo que hay detrás del fenómeno de la muerte. Llevado por esta inquietud, y a través de las diferentes manifestaciones percibidas de los seres que habían dejado este plano existencial, por medio de apariciones, sueños, premoniciones, psicofonías, psicoimágenes o fenómenos extrasensoriales, el hombre ha seguido buscando la respuesta, y si bien siempre han existido historias sobre fantasmas y apariciones de ultratumba, no es hasta hace relativamente poco tiempo, que surgen grupos de estudiosos y científicos especialistas en dicho tema, quienes han aportado indicios razonables de la existencia del más allá, y por consiguiente, de las distintas posibilidades de comunicación con los difuntos.
Normalmente, las personas que experimentan fenómenos de índole paranormal, en los que son testigos de apariciones fantasmales o destinatarios de mensajes de ultratumba, suelen mantener dichas experiencias en secreto, o como máximo las comparten con su círculo de amistades. Y esto es lógico en parte ya que, lo que no es reconocido oficiosamente y demostrado de forma científica, no puede ser aceptado como normal, de ahí que estas personas a fin de evitar ser tachadas de locos o visionarios, prefieran mantenerse en el anonimato.
Pero la cada vez mayor información que puede obtenerse en los distintos medios, ha facilitado la comunicación entre diversas personas que de alguna manera han experimentado situaciones similares con respecto a las experiencias con difuntos, propiciando una relación de intercambio informativo que ha llevado a la creación de grupos de estudios o sociedades especializadas en el tema.
Y es a través de los estudios realizados por algunas de estas entidades, así como la información facilitada por aquellas personas que han tenido alguna experiencia de las denominadas E.C.M. (Experiencias Cercanas a la Muerte) o de las personas que han sido objetos de experiencias fantasmales, que podemos conocer algunas de las experiencias mencionadas, así como en el tema de la comunicación post mortem.
La explicación que los estudiosos del tema hacen sobre el estado post mortem, vendría a justificar la posibilidad de la comunicación entre vivos y difuntos, al manifestar una continuidad de la existencia, es decir, el muerto no es consciente de que lo está y pretende continuar su vida normal.
Ello es debido a la conformación de la materia en todo el universo y por ende, en el cuerpo humano. Así, ya nadie pone en duda la existencia de distintos cuerpos sutiles, además del cuerpo estrictamente llamado físico, y como ya se intuía en épocas pasadas, el alma humana se sirve de distintos medios para manifestarse, unos más sutiles que otros, dependiendo del plano o nivel existencial y de la densidad de la materia existente en dicho plano, ya que, en lo que llamamos universo, con los distintos sistemas solares, existen una serie de mundos astrales o planos existenciales interpuestos, donde es posible su interrelación, y donde cada uno posee su respectiva densidad material.
Si comparásemos estos distintos planos o niveles existenciales, observaríamos que el mundo físico es el que posee mayor densidad de materia, y por tanto su situación con respecto al resto de los planos, sería inferior.
De esta manera ocurre lo mismo con el cuerpo del hombre, donde el cuerpo físico se correspondería con el plano de mayor densidad material, y por tanto, sería en este estado donde los sentidos físicos le capacitan para distinguir todas las percepciones del universo físico y, conforme los distintos cuerpos sutiles del hombre van evolucionando, éstos se corresponden a otros tantos niveles o planos existenciales, donde los sentidos físicos son permutados o evolucionan hacia otro estado cada vez más sutil.
Así, obtendríamos que, conforme se va acrecentando la capacidad de «despertar» estos sentidos sutiles dentro del plano físico, se adquiere la capacidad de percibir las diferentes impresiones de los distintos niveles existenciales más sutiles que nos rodean o se encuentran interrelacionados con dicho plano.
Esta situación, se produce mediante el proceso de la muerte, cuando el alma humana se separa del cuerpo físico, y conforme percibe el nuevo estado o nivel existencial, adapta dichos sentidos sutiles a la nueva situación o plano astral, posibilitando, por tanto, la interrelación entre el mundo físico y el plano astral.
Esto nos llevaría a la conclusión de que, es posible conocer la existencia post mortem, es decir, lo que ocurre después de la muerte física, desde el plano físico, a través de la utilización de los sentidos sutiles o astrales.
Es así como las investigaciones llevadas a cabo por parapsicólogos y estudiosos del tema, han llevado a la conclusión de que la vida astral, nombre comúnmente aceptado, no es en sí una nueva forma de existencia, sino por el contrario, sería la continuación de la vida física, con la salvedad de que, en dicha situación, la persona se encuentra en constante contacto con los muertos, dependiendo la comunicación con los mismos, del nivel consciente que se posea de dicha situación.
De esta manera, si sabemos dirigir nuestra consciencia astral, incluso en estado de vigilia, sería posible el contacto con los muertos, pero evidentemente, requiere de un entrenamiento y desarrollo del que no todo el mundo puede responder por igual. Pero lo que sí, casi todo el mundo hace, es actuar en mayor o menor medida, sobre el cuerpo astral cuando se encuentra durmiendo, y es así como muchas personas se pueden comunicar con sus difuntos. Incluso así, no todas las personas recuerdan la comunicación con sus difuntos, y otras veces sólo recuerdan haber soñado con ellos, pero lo cierto es que dicha comunicación se produce, a pesar de que no sea recordado.
LA COMUNICACIÓN A TRAVÉS DE LOS SUEÑOS
Un hecho que corrobora las comunicaciones con los difuntos en estado de sueño, lo constituye el amor y los sentimientos hacia las personas queridas, cuyo lazo afectivo no desaparece con el fallecimiento, buscando la ocasión del estado del sueño para seguir en contacto con los seres queridos, aunque de ello sólo haya consciencia astral.
Como ejemplo ilustrativo, sobre las comunicaciones en sueños, incluimos la experiencia narrada por un hijo que deseaba comunicarse con su padre fallecido.
«Mi padre murió hace ya algunos años, tenía una enfermedad que sabía que era mortal, pero él conservaba bien su cabeza. Como era un hombre muy valiente y entero, con frecuencia conversábamos sobre el tema de la muerte, no le daba ningún miedo.
Yo un día le dije: Papá, si te es posible, cuando estés en el más allá, ven un día y dime si es verdad lo que cuentan de la existencia de otra vida.
Él me dijo: si es posible lo haré, te lo prometo hijo.
Al cabo de un par de meses murió, fue transcurriendo el tiempo, pero no pasaba nada. Al año aproximadamente, fui a hacer una visita a su tumba, me acordé de la conversación y le dije mentalmente: Papá, ¿por qué no me has dicho nada? ¿Es que no cumples tu promesa o es que no hay vida después de la muerte?
Esa noche soñé con él, en mi sueño no estaba enfermo, sino como lo recordaba cuando era niño, fuerte y sano. Se me acercó y me dijo: Es cierto todo lo que sabes sobre la otra vida, yo te lo confirmo.
Luego me abrazó y entre lágrimas, desperté.»
Cuando este hijo acabó de narrar la historia, le pregunté:
¿A qué se refería su padre? cuando le dijo: «Es cierto todo lo que sabes sobre la otra vida, yo te lo confirmo», obteniendo la respuesta siguiente:
«Cierto día, debido a un accidente, sufrí un ahogamiento, teniendo una experiencia cercana a la muerte, en esa experiencia tuve la sensación de que existe consciencia sin necesidad de un cuerpo que la soporte, y algunas cosas más que no puedo describir con palabras».
—¿Puedes aclararlo con algún detalle más? (le pregunté)
—Yo sólo puedo hablar de cosas sentidas por mí, no son prueba de nada para nadie, aunque a mí me dan sensación de seguridad.
—No vi túneles ni personajes, sólo una luz que en realidad era yo y tuve una experiencia de consciencia pura y libertad inmensa.
—Pero claro, luego pensando sobre eso, queda la duda ¿será una alucinación mía a las puertas de la muerte? Por eso hablaba de ello con mi padre y le pedí lo que dije antes. Y ese fue el resultado. Ahora yo creo que no fue una ilusión.
—Yo bien que luché por no volver, me gustaba aquello más que esto, sí, ciertamente, la realidad es total. Quizás la mente de cada cual revista esas experiencias de formas conocidas para que puedan ser captadas, y con una particularidad curiosa, la vida física desde ese estado, son recuerdos difusos y parece un sueño. Desde entonces tengo claro la relatividad de lo que consideramos real.
Esta historia describe aspectos anteriormente comentados, reuniendo los ingredientes que le confieren un claro y valioso ejemplo. Por otro lado, lo anteriormente expuesto, es coincidente en la casi totalidad de los casos similares y conocidos, dando lugar a las definiciones que de cada plano existencial del ser humano hacen los entendidos del tema.
Así tendríamos que, el plano físico o material, se correspondería con el inicio de lo que vendría a ser la vida real o verdadera, es decir, que la vida experimentada en el mundo material no sería más que una especie de aprendizaje, o de siembra de la semilla que luego deberá convertirse en el árbol que dé frutos. Sirva como ejemplo un programa informático, donde el inicio del programa consiste en ejecutar una serie de instrucciones, las cuales se encuentran incorporadas dentro de un bucle, hasta que no se consigue realizar la última de las instrucciones en las condiciones programadas, el bucle seguirá ejecutándose, y así sucesivamente mientras no se dé las condiciones programadas, sólo después de alcanzar la situación prevista, el programa proseguirá su ejecución en un nivel superior al del inicio. Esta situación se producirá siempre en cada nivel superior alcanzado, de acuerdo a las condiciones previstas para cada nivel, hasta el momento en que el programa sea ejecutado en su totalidad.
De manera similar ocurre con la existencia y evolución del ser humano, siendo que en el plano material o físico, se producen las distintas experiencias materiales y físicas que cada persona precisa para proseguir su evolución, repitiendo el bucle antes mencionado, o como también es denominado: «se entra en la rueda kármica de las reencarnaciones», tantas veces como sea preciso, hasta alcanzar el nivel evolutivo de consciencia necesario, que permita a la persona desenvolverse apropiadamente en el nivel o plano astral superior, ya que no todas las personas son capaces de asimilar dichos niveles y por lo tanto, no podrían desenvolverse correctamente.
De esta forma, cuando la persona traspasa el umbral de la muerte, lejos de desaparecer como individualidad, lo que en realidad hace es continuar con los conocimientos que ya posee y a los que tiene que añadir una serie de mejoras, tanto a nivel material como sutil o espiritual. Todo lo que en el mundo material o físico es considerado como bello o hermoso, apenas si puede compararse con lo que en los niveles superiores es considerado como sublime y glorioso, ya que es en ese estado superior, donde las percepciones son más reales.
Cuando la persona adquiere el nivel de consciencia adecuado en el plano material o físico, el cuerpo sutil es capaz de actuar en mundos más elevados, lo que se traduce en un mejor y mayor desarrollo evolutivo en los inmediatos planos superiores.
Cuando la persona accede al plano astral superior, ya sea a través de su capacidad de transferir su consciencia (también llamado viaje astral), o a través de la muerte física, apenas distingue diferencias con el mundo físico o material, llegando a creer que aún se encuentra en dicho plano, al seguir visualizando las mismas imágenes. Esto es debido a que los diferentes estados de la materia en el mundo físico, como pueden ser el estado sólido, el líquido o el gaseoso, en los planos superiores, estos tres estados de la materia, se corresponderían con los diferentes grados, densidades o condiciones de la materia astral, siendo por tanto reconocible por la consciencia astral con la imagen que en el mundo material se tenía de ellas. Por ejemplo: la persona con consciencia en el plano astral, seguirá visualizando los inmuebles, objetos, y todo aquello que se encuentre en el lugar físico donde se hallaba, ya que, pese a no visualizarlo en su aspecto material, si lo hace través de la materia astral, cuya densidad permite visualizar la configuración de los objetos tan nítidamente como en el plano físico. Lo que nos permitiría hacer el siguiente enunciado:
«Todo ser o materia física, poseen sus correspondientes moléculas de materia sutil o astral»
Esta particularidad es la que hace que los muertos no se den cuenta en un principio de que ya no existen en el mundo material o físico, es decir, muchas personas fallecidas siguen creyendo que siguen vivas, ya que continúan viendo a sus familiares, a sus objetos y todo lo que les rodeaba en vida, con la misma intensidad que antes, llegando incluso a realizar los mismos cometidos que realizaban en vida, sin apreciar ninguna fatiga o cansancio, ni necesidad alguna. Es más, algunos llegan a exclamar: ¡Pero si no estoy muerto!, ¡si me siento mejor que antes, no me canso, no tengo angustias, ni ansiedad alguna!
Es a partir de estos momentos cuando, el muerto, empieza a darse cuenta de su nueva situación y a vislumbrar la verdadera realidad, la verdadera vida.
Pero, ¿por qué suele ocurrir este «despiste»? Se cree que las distintas creencias religiosas, o erróneas informaciones, pueden ser las causantes, al mediatizar la consciencia del individuo.
El difunto se percata de que, pese a seguir visualizando a sus parientes, amigos u objetos, no recibe contestación de ellos, incluso cuando les hablase o tocase, y es entonces cuando empieza a tomar verdadera consciencia astral. Hasta ahora, el difunto, había seguido en contacto con sus familiares y amigos a través de los sueños, igual como lo hiciese cuando estaba en vida, así que intenta convencerse de que él también está soñando y de que cuando despierte, todo volverá a la «normalidad». Esta situación puede conllevar cierto estado de nerviosismo e inquietud, ya que conforme toma consciencia de su verdadera situación, descubre que las enseñanzas ortodoxas recibidas con respecto al más allá, no se corresponden con lo que él está percibiendo.
Así, de forma gradual, irá percibiendo diferentes aspectos de todo aquello que ya conocía en la vida física, ya que en el plano astral, los deseos y pensamientos pueden ser «materializados» tomando forma a través de la materia sutil de dicho mundo astral, y adquiriendo mayor consistencia cuanto mayor ha sido la «fuerza» o deseo de «materialización».
El proceso evolutivo del hombre a nivel espiritual, empieza en la vida material o física, donde el periodo inicial de la encarnación, le hace sumirse en la materia, para posteriormente, a través de la elevación y evolución de su consciencia, desprenderse gradualmente del apego a dicha materia, hasta conseguir que dicho apego por la materia se quede junto con el cuerpo en el momento de la muerte física. Una vez se consigue el desapego por lo material, la vida astral constituirá el próximo estadio donde proseguirá con la existencia, a través del cuerpo sutil.
En la vida astral se continua el proceso evolutivo y el desapego por la materia sutil existente en el mundo astral, que aún permite visualizar los objetos físicos, y la «materialización visual» del deseo y de los pensamientos. Así se llega a un estado mental, donde el mundo físico ya no es la referencia o el centro de interés de la existencia, y donde la felicidad del individuo, dentro de este mundo astral, dependerá de los conceptos asimilados, así como de los preceptos morales adquiridos a través de la existencia física.
APARICIONES E INTERACCIÓN CON EL PLANO FÍSICO
Pero durante este periodo o estadio en el mundo o plano astral, el difundo también tiene la posibilidad de interactuar en la vida material o física de sus seres queridos, con el fin de proporcionar cierta protección o ayuda. Existen varias anécdotas o ejemplos a este respecto, como es el caso de la célebre película Ghost, pero a fín de ilustrar este ejemplo, expondré la historia que me fue confiada, a propósito de una humilde familia, en la que la madre acababa de fallecer.
«Esta historia tuvo lugar a principios del siglo XX. Era una familia con 7 u 8 hijos, la mayor de las cuales, contaba como mucho nueve años. La madre murió después de una larga y penosa enfermedad, el padre de los niños dependía exclusivamente de su trabajo diario para mantener a sus hijos, por lo que, al segundo día, no tuvo más remedio que salir a trabajar.
Dejó a todos los niños al cuidado de la hija mayor, no encontró otra forma, pues eran tiempos duros y nadie de su entorno se ofreció. A ello se sumaba el que ni su difunta mujer ni él tenían familia cerca.
Salió de mañana muy temprano, después de encender el fuego de leña para que a los niños no les faltase calor en unas horas y les dio una taza de caldo, lo único que disponía en esos momentos, se tendrían que arreglar hasta que él volviese.
Confió en que alguna de las vecinas que estuvieran en el velatorio, se pasase a lo largo de la mañana por su casa o tal vez al medio día y que le echase un leño al fuego, que permitiese a sus hijos estar en esa estancia algo calientes, pues él, al mediodía no podría volver a casa y los niños tendrían que comer con frío.
Ya anochecido, el hombre volvió después de una ausencia de más de 9 horas. Esperaba encontrar a sus hijos desatendidos, sucios, con frío, etc., pero su sorpresa fue grande cuando vio que los niños estaban cenados, bañados y en la cama, la casa limpia y, en el fogón, una olla con el caldo hecho con los ingredientes que él mismo guardaba en una artesa.
Se extrañó, pero al poco pensó que una o varias de sus vecinas, se habrían compadecido al ver la situación de sus hijos, y que de alguna forma hicieron esa maravilla que veían sus ojos y que apenas podía creer.
Se acercó a la cama donde dormía su hija mayor y le preguntó: ¿quién vino y limpió todo? y ella le contesto medio dormida: …fue mamá.
Él, al momento, desechó la idea y pensó que, la niña, al encontrarse adormilada y con la muerte reciente de su esposa, se encontraba confundida.
A la mañana siguiente volvió a preguntarle, y la respuesta fue la misma.
Él no insistió más, porque pensó que la niña no aceptaba la muerte de su madre, así que le preguntó a los otros hijos, y todos le dijeron lo mismo.
Aquello lo dejó perplejo, pero decidió que más adelante continuaría preguntando a sus vecinas.
Otra vez les dio el desayuno a sus hijos y se fue a trabajar. Al regresar, de nuevo volvió a encontrar todo hecho y a sus hijos bañados y cenados ya en cama.
Al poco fue preguntando a sus vecinas, a quien o quienes pasaban por su casa, pues pensaba que eran varias, ya que era mucho el trabajo que hacían.
Pero nadie le daba razón, y cada vez que preguntaba a los niños, ellos decían lo mismo:
…fue mamá.
El pobre hombre pensaba que los niños no aceptaban la muerte de su madre, no encontraba otra explicación, pero de todas maneras, era extraño que no le dijeran quien era la vecina que hacía todo aquel trabajo.
Fueron pasando los días y, al cabo de una semana, aún seguía sin saber qué vecina había podido ser, por lo que, con la idea de averiguarlo, en los días siguientes, decidió cambiar su hora de regreso a casa. Así un día, se fue a trabajar con la misma rutina de siempre y al cabo de un tiempo volvió para ver quién era la que cuidaba de sus hijos, estaba seguro de que tenía que ser una vecina, y no entendía por qué no se lo decían.
Así que entró en casa y, en el umbral, se quedó helado al ver la figura de su mujer, la que ya hacía unos 10 u 11 días que enterrara, realizando tareas en la cocina.
La mujer, al notar la presencia de su marido se volvió y encarándolo le dijo:
¿por qué viniste? …yo pedí permiso para venir a cuidar a mis hijos, y me dijeron que no me dejara ver por nadie más, pero ahora no podré volver más.
Y dicho esto, desapareció delante de sus ojos.
Él se quedó entre asustado, extrañado y perplejo, sin dar crédito a lo que sus ojos vieran, y desde ese día, la mujer ya no volvió más.
Lo curioso es que, esta familia, vivía en una casa grande de piedra, con finca a su alrededor y en una inmejorable situación, pero, sin embargo, después de que esta familia abandonara la casa, ya nadie la volvió a ocupar, y hoy en día se encuentra en ruinas».
Este caso parece dejar fuera de dudas que la misma madre cuidaba a sus hijos desde el plano astral y que el fuerte amor por sus hijos, así como la necesidad de cuidados que ellos tenían, le dio el poder suficiente para manifestarse, tanto visible como auditivamente, ya sea por unos momentos, o ya sea para interactuar en la mente de sus hijos con la idea de que ella seguía allí con ellos, ya que la veían y oían. También es posible que la madre no fuese el protector, sino otra entidad de tipo espiritual más elevada o angelical, la cual adoptaría la apariencia de la madre, con el propósito de no alarmar a los niños, aunque en esta acción, no hay que desestimar el constante cuidado del amor maternal, que la muerte no ha sido capaz de debilitar.
REENCARNACIÓN
Historias como esta existen en todas partes, nadie puede demostrar nada, sólo podemos creer o no en lo que nos han contado. Pero igual que el difunto es capaz de manifestarse para proteger o ayudar a sus seres queridos, también puede hacerlo para indicar cuál era su anterior condición en la vida material, así como la nueva entidad que vuelve a reencarnarse.
Un ejemplo de lo anteriormente expuesto, lo podemos encontrar en la historia narrada en «El pensador progresivo», ejemplar aparecido el 13 de diciembre de 1902, de donde recogemos un extracto.
«Cuando supe que me encontraba embarazada, empecé a intuir una extraña presencia, que poco a poco se fue haciendo visible y la cual era del sexo femenino, representando una mayor edad a la mía. Conforme fue transcurriendo el tiempo, aquella extraña relación se fue fortaleciendo, y al cabo de tres meses, esta entidad empezó a comunicarse conmigo, manifestando un desmesurado interés por mi estado de salud y situación. Posteriormente ya reconocía su voz con claridad, y hasta llegué a disfrutar de las largas charlas que manteníamos. Así fue como supe cual fue su nombre en vida, donde había nacido y toda una serie de datos biográficos. Mostró un gran interés por que yo conociese todo lo posible sobre ella, a fín de que aprendiera a estimarla, tal como me indicó, para lo cual llegó ha realizar grandes esfuerzos por hacerse totalmente visible, hasta que lo hubo conseguido. Desde aquél momento se convirtió para mí en una amiga fiel, que no se distinguiría de otra persona con cuerpo físico. Sólo necesitaba correr las cortinas de la estancia, para que, en la penumbra, pudiese manifestarse, haciéndose visible a la vez que hablaba.
Cuando sólo faltaban algo más de dos semanas para el nacimiento del bebé, me dijo cual había sido el verdadero propósito de su presencia, indicándome que deseaba infundirse en la criatura que había de nacer, ya que le había quedado pendiente de realizar una última experiencia en el mundo material.
Aquello no lo acababa de asimilar, dejándome en un estado de gran preocupación, hasta el día anterior al alumbramiento, donde se me apareció por última vez diciéndome:» Ya ha llegado el momento. Sé valiente y todo nos irá bien». Al día siguiente nació una niña, cuyo parecido físico con mi compañera espiritual resultaba asombroso, a la vez que no poseía ningún parecido con los parientes de las familias de sus progenitores, y así al verla, dijeron todos: «¡Pero si no parece una recién nacida!»
Años después, mi sorpresa fue mayúscula cuando, en un libro muy antiguo, pude leer la biografía de la mujer cuyo nombre y datos biográficos coincidían con los que mi amiga y fiel compañera espiritual, me diera como suyos.
A pesar de ello, no hice ningún comentario a nadie, ya que temía por lo que la gente enjuiciaría sobre una mujer como yo, carente de experiencia.
Cuando mi hija hubo cumplido los 15 años de edad, decidí pronunciar por primera vez en su presencia el nombre de mi amiga espiritual, volviéndose rápidamente hacía mí, a la vez que preguntó: «Mamá, ¿alguna vez me había llamado papá por ese nombre?». Mi respuesta fue: «No hija; ni tu padre ni yo te hemos llamado nunca así». Entonces ella añadió: «Pues yo estoy segura de que alguien, o alguna vez, me han llamado así».
Tengo que añadir que el carácter de mi hija es curiosamente parecido al carácter de la mujer cuya biografía leí en aquel viejo libro, y que mi amiga espiritual dijo que se infundiría en la nueva criatura».
Esta historia, en parte fue posible gracias a la actitud abierta que mostró la madre ante la entidad astral, ya que, en realidad, la comunicación de los difuntos con los vivos, suele encontrar mayores trabas en la respuesta de éstos, ante las apariciones fantasmales, debido al temor que suscita entre las personas vivas el encuentro con una entidad astral.
Habría que tener en cuenta el enorme esfuerzo que tienen que realizar los difuntos para conseguir realizar una comunicación y ya no digamos materialización, para entender que, el poco tiempo del que disponen en el plano material, tienen que aprovecharlo en extremo. De ahí que, si el aparecido no es aceptado de una forma natural, desista de su intención, ya que tan grande es el esfuerzo a realizar para una breve materialización, que apenas le deja tiempo para poder comunicar una pequeña parte de lo que realmente desea decir.
Esta situación, desgraciadamente, se produce con demasiada frecuencia, debido a los temores que tienen las personas físicas con respecto a los difuntos, cuando en realidad, el estado sutil de la materia astral del difunto, difícilmente puede dañar a una persona física, cuyo estado material es mucho más denso y por lo tanto ofrece mayor resistencia a cualquier interacción de la materia sutil del difunto.
MEDIUMS Y LA TABLA OUIJA
Pero si el hombre se ha servido de la técnica para comunicarse con los difuntos, no es menos cierto que también ha utilizado otros medios más rústicos o de fácil adquisición. Nos referimos al controvertido juego de la «OUIJA». Controvertido, porque no todo el mundo está de acuerdo en que su utilidad sea inocua, ya que las experiencias que dicho juego ha proporcionado a diversas personas, adquieren un cierto grado de riesgo, al no saberse con exactitud la verdadera identidad del contacto. El origen de la palabra OUIJA no se conoce con exactitud, si bien se cree que se corresponde con la afirmación en francés OUI (sí) y en alemán JA, su composición y aspecto, si bien existen diversos modelos, se correspondería con la descripción siguiente: «Objeto plano y ovalado de madera, acabado en punta, con un orificio en su centro, por donde se visualizan las distintas letras que conformarán el mensaje, que el medium irá componiendo en el recorrido realizado por dicha pieza, sobre la superficie de la tabla serigrafiada con las letras del abecedario, así como otras frases de saludo, despedida, afirmación o negación, e incluso numeraciones». Hoy día el objeto plano ovalado, suele ser sustituido por un vaso de cristal transparente, el cual es sujetado por un solo dedo de las diferentes personas que pueden participar en la sesión. La OUIJA es un instrumento muy antiguo, y ya era utilizada en Grecia en la época de Pitágoras hacia el 540 a.C.
En todo caso, la interacción de los difuntos con las personas físicas, se viene produciendo en distintas facetas, donde la relación con las personas físicas poseedoras de la facultad de la mediumnidad, muestra un amplio abanico de posibilidades.
Tal es el caso de los fenómenos producidos durante las sesiones de espiritismo, donde entre los muchos casos conocidos, destaca la noticia aparecida en el diario «El Austral de Temuco» – Chile – 21 de Julio de 2002, de la que resumimos un extracto.
«El espíritu de mi hijo me contó quién lo mató».
Así declaraba en su relato Edith Ivonne Mercado Chozas, al intentar esclarecer las circunstancias que llevaron a la muerte a su hijo de 25 años, Juan Carlos Mercado, quien afirmó: «El espíritu de mi hijo me contó quién lo mató». Le detalló todos los aspectos relacionados con su muerte, llegando incluso a revelarle el nombre del asesino.
El 16 de diciembre de 2001, se encontró el cadáver carbonizado de Juan Carlos Mercado, dentro del inmueble sito en el número 270 de la calle Urrutia, a consecuencia de un incendio producido en extrañas circunstancias, era funcionario del Departamento de Tránsito del Municipio de Victoria.
Esta situación no convenció a Edith I. Mercado, quien jamás aceptó que la muerte de Juan Carlos hubiese sido un accidente, proponiéndose hacer todo lo posible para esclarecer las circunstancias que rodearon a la muerte de su hijo, para lo cual, se puso en contacto con una joven medium, de tan solo 15 años de edad, que había sido solicitada por una vecina y amiga de la familia.
El día 9 de julio, tuvo lugar la primera de las dos sesiones de espiritismo, donde participaron la madre, su esposo, su vecina y la medium. En aquella sesión, que tuvo una duración de media hora, la joven medium pudo conseguir comunicar con el espíritu de Juan Carlos, a pesar de ser la primera vez que lo intentaba con espíritus de personas fallecidas, ya que hasta entonces, su actividad como medium, se habían limitado a localizar perros y animales de compañía de familiares y amigos. Esto hizo que la joven medium demostrase cierto temor y nerviosismo, que el propio espíritu del difunto se encargó de apaciguar al comunicarle que estuviera tranquila y no tuviera ningún temor, ya que no le causaría ningún daño.
Para la sesión de espiritismo, la joven medium utilizó un crucifijo que colocó al lado de una foto del difunto, así como un tablero cuadrado, con letras serigrafiadas, a modo de una tabla Ouija, y una moneda de cien pesos, con las que va formando las palabras que obtiene como respuestas a las preguntas efectuadas al ente o espíritu.
Una vez la medium hubo contactado con el ente, le formuló varias preguntas que fueron correctamente respondidas y que, según comentó la madre, se referían a aspectos que la medium no podía conocer. Así mismo, cuando fue preguntado si se encontraba allí, el ente respondió con un «si, mamita, me encuentro en mi habitación», oyéndose los chirridos de la puerta al entrar en la casa. Cuando el espíritu de Juan Carlos abandonó la estancia, otra vez volvieron a escuchar el chirrido de la puerta.
«Juan Carlos me relató que en la riña lo habían agredido con un cuchillo, dejándolo inconsciente y que para rematarlo le dispararon con una pistola. Dijo que la bala la tenía en el hombro».
La segunda sesión tuvo lugar el viernes 12 de julio y asistieron siete personas que fueron testigos de lo que allí se desarrolló. En aquella ocasión, la sesión tuvo una duración de una hora y el espíritu de Juan Carlos, contó a su madre lo que había sucedido el fatídico día de su muerte. Así contó cómo, en la madrugada del 16 de diciembre del 2001, cuando se encontraba en el domicilio que posteriormente fue incendiado, en compañía de cuatro personas más, a las cuales indentificó como el dueño de la casa, dos jovenes, una niña y él mismo, se produjo una discusión a causa de la niña que allí había, indicando además que existía un hombre que conocía toda la historia de lo que allí ocurrió, así como indicar que su hijo había sido herido por un cuchillo y rematado por una pistola.
La madre con todos los datos obtenidos, solicitó ver las fotografías de lo que había quedado de su hijo, consultando con expertos, quienes le corroboraron que el estado que presentaba el cráneo, no podía ser efecto del fuego, ya que en las fotografías se observaba que se encontraba destrozado y hundido, afirmando:
«Consulté con especialistas y me dijeron que si el cuerpo se quema, el cráneo no revienta, sólo se achica, y por eso solicité la exhumación del cuerpo»
Gracias a la intuición, la constancia y a los datos obtenidos en las sesiones, esta angustiada madre logró que el fiscal ordenara exhumar el cadáver del funcionario municipal, para que se le practicaran nuevas pruebas periciales en el Servicio Médico Legal de Santiago.
No obstante, algunas semanas antes de que se produjeran las sesiones de espiritismo, el fiscal a cargo del caso, había informado a la madre que, en las investigaciones llevadas a cabo por los peritos del Servicio Médico Legal de la Región Metropolitana, se había podido determinar que el cadáver de su hijo presentaba un orificio a la altura del hombro.
OTROS MENSAJES DEL DIFUNTO
El espíritu de Juan Carlos, le pidió a su madre que mantuviera silencio durante un periodo de dos meses, plazo que le pidió el espíritu para revelar quien lo mató. Me dijo: «ten calma mamita, porque todo se sabrá dentro de dos meses».
Raúl Millar, padre del fallecido y jubilado del ejército, estuvo presente en las sesiones de espiritismo, manifestando haberse impactado por todo lo que pudo oír y experimentar. Así mismo, añadió que su hijo antes de morir pudo arrepentirse de todo y les contó cómo se encontraba en el cielo, junto a su abuela materna, quien había muerto hacía cuatro años.
Otro aspecto que sorprendió a Raúl Millar, fue el hecho de que el espíritu de su hijo, le enviase saludos para su joven vecina, la cual se encontraba presente en la sesión de espiritismo, y quien, al preguntarle el motivo, respondió encontrarse celebrando su cumpleaños. Por si todo aquello fuera poco, el espíritu de su hijo le mencionó el nombre de todas las personas que aparecían en documentos que solamente había visto su esposa.
Raúl Millar, quiso dejar claro que, la niña medium, no pidió dinero alguno por realizar las sesiones de espiritismo, ya que ella lo hizo como favor, al ser amigos y conocidos de su madre desde hacía mucho tiempo, y añadió: «Yo le creo, porque en la primera ocasión yo sentí crujir la escala y después le preguntaron a Juanito si estaba en la casa y él dijo que sí. Cuando todo terminó sentí crujir la puerta de la calle. Es algo increíble».
Esta historia, de hecho, no es de lo más habitual, pero recoge un aspecto que, entre las personas físicas con capacidades de mediumnidad, no es tan extraño, ya que la habilidad que poseen los mediums para infundirse en el plano astral, les posibilidad una gran capacidad de acción.
PSICOFONÍAS Y PSICOIMÁGENES
También existen otros medios de comunicación con los difuntos, basados en diferentes aparatos electrónicos, como pueden ser los aparatos de radio, cassettes o televisión. Mediante ciertas técnicas que utilizan los entendidos y aficionados del tema, y que ahora no vamos a detallar, pero que por lo general, consiste en sintonizar determinadas frecuencias «mudas», donde se pueden obtener y grabar conversaciones e imágenes atribuidas a difuntos, ya que los mensajes recibidos así parecen indicarlo. A este tipo de experiencias se les denominan psicofonías para los sonidos y psicoimágenes o teleplástias para las imágenes. En las psicofonías, se suelen utilizar diferentes medios para realizarlas, ya que puede ser que la voz del difunto se manifieste de forma «casual», quedando grabada en el cassette, o responda a la pregunta realizada por el investigador, en este caso, las respuestas suelen ser muy escuetas. Algunas de las voces obtenidas en las psicofonías, vienen a indicar alguna especie de relación o parentesco con quien las realiza, así por ejemplo, suelen oírse frases como: «Soy tu abuelo», «Me falta Dios» o «¡Esta Jodida muerte!». Aunque también suelen hacer referencias a hechos macabros y espeluznantes, como: ¡Mamá tengo miedo, tengo miedo…está todo muy oscuro…!, o ¡Hay que matarlo!
En cambio, en las psicoimágenes, la cuestión queda reducida a la aparición de la imagen de un personaje conocido o pariente, normalmente en la pantalla del televisor, el cual es sintonizado en la misma frecuencia de una cámara de vídeo que está enfocada a la misma pantalla del televisor, grabando lo que en principio parecería «las rayas» o líneas de la pantalla, y que al rebobinar la grabación y visualizarla plano por plano, es cuando aparecen dichas imágenes que se corresponden con el aspecto de las personas fallecidas. Todo esto ya lo había intuido un gran inventor como fue Tomás Alba Edison, el cual creyó que, a través de un aparato que él llamó «gramófono», sería posible comunicarse con los difuntos, de hecho, esa era la idea con la que se creó el conocido gramófono, precursor de los aparatos posteriores: magnetofón y televisión. Hoy día se sigue investigando en dicho campo y existen diversos y sofisticados aparatos (espectómetros, detectores de biomasa, cámaras kirlian, etc.) destinados a demostrar la existencia del más allá.
Como ejemplo ilustrativo de la comunicación de los espíritus a través de psicofonias o psicoimagenes, resumimos un extracto de la noticia aparecida en el diario «La Cuarta» de Chile – 22 de Julio de 2002.
«Mujer fallecida se comunicó con hijo a través de un video de Axé Bahía»
Cuando Alfonso Pérez Huenchul, de 35 años, contempló y escuchó el vídeo sobre el popular grupo brasileño Axe Bahía, que su esposa, María Angelica Muñoz, había grabado para su pequeña hija de 4 años, no pudo dar crédito a lo que allí acababa de oir.
La niña fue a revisar el vídeo grabado por su madre, y se percató de que existían unas extrañas voces, ajenas al grupo de sus ídolos, que no era capaz de reconocer. Sin embargo, cuando su padre Alfonso escucho la cinta, fue capaz de identificar inmediatamente el mensaje de su hermana Fresia, quien hacía poco más de un año que había fallecido, juntamente con otro mensaje de su madre, María Huenchul, presuntamente desaparecida tras el golpe militar en Chile.
Casi treinta años después del fallecimiento de su madre, cuando él solamente contaba 6 años de edad, Alfonso Pérez Huenchul, volvía a escuchar su voz. Lentamente y con claridad, entre varias palabras difíciles de entender, se escucha una voz femenina, que con tono melancólico y triste le dice: «Ten fuerza… esfuérzate… mantén la paz en tu hogar».
Siguen otros mensajes menos claros, pero según indicaba Alfonso, comprendió inmediatamente su significado, ya que él mismo había solicitado ayuda o guía, a fin de solucionar los problemas por los que estaba atravesando, por lo que no duda en reconocer la voz de su hermana, quien además le dice: «Óyeme, hermano, yo hablo desde acá para anunciar algo. Ayer preguntaron cómo iba a poder guiarlos… Esfuérzate, hermano, y lógralo, gana tiempo».
Después de este primer mensaje, se oye a una segunda voz que le dice: «Alfonso, te quiero, debes llevar paz en tu hogar, Huenchul».
Esta segunda voz, según afirma Alfonso, pertenecía a su madre, ya que ella siempre lo llamaba por su segundo apellido, Huenchul, «para que no nos olvidáramos de nuestro origen mapuche», apostilló.
Alfonso Pérez Huenchul, muestra el video donde apareció el mensaje de su madre y hermana.
(Foto: Paula Riquelme)
Estas grabaciones pudieron ser constatadas por el equipo del diario «La Cuarta», quienes, sin precisar ningún aparato ni tecnología, pudieron escuchar las palabras de este insólito mensaje, que irrumpiendo en medio de la canción de Axe Bahía, hace poner la piel de gallina a quien la escucha por primera vez.
Alfonso y su familia, estaban pasando por momentos angustiosos, debido sobre todo a la pérdida de todos sus ahorros a través de una cooperativa de la vivienda, que además le dejó sin trabajo, lo que motivó un sin fin de deudas y compromisos que no pudo atender.
Cuando más lo necesitaba, Alfonso, obtuvo respuesta a través de estos mensajes, que le dieron fuerzas para seguir adelante, lo que se tradujo en que, a los pocos días, Alfonso encontró un nuevo trabajo.
Lo ocurrido a Alfonso, lejos de infundir temor o preocupación por lo que puedan cuestionar los especialistas, le ha servido para comprender mejor esta vida, guardando la cinta del vídeo como uno de sus mayores tesoros, para acabar diciendo: «A diferencia de otras personas que han escuchado la cinta, yo no sentí miedo al oír el mensaje, para mí es claro y preciso, es de mi madre y de mi hermana (…) No sé si esto tenga una explicación científica o técnica, pero a mí me ayudó a comprender que quienes mueren no dejan de estar con nosotros».
Pero para la mayoría de las personas físicas, el tema de la muerte, es considerado tabú, siendo un tema que casi nadie desea tocar en las conversaciones, por el temor que en ellos despierta. Hay quien se siente incluso perseguido por la muerte y todo lo que esté relacionado con ésta, le resulta objeto de mal augurio.
El individuo atormentado por falsas creencias y angustiado por el desconocimiento, no es capaz de asumir la verdadera realidad de la muerte y lo que ello conlleva, por lo que su estancia en el plano astral no llega a desarrollarse correctamente, al no saber distinguir las distintas realidades.
En cambio, cuando el desconocimiento y las falsas creencias, son sustituidas por el conocimiento de lo que supone el mundo astral, el hombre, como ser humano, se siente totalmente confiado con su destino, al saber que los mundos o planos astrales superiores se rigen por idénticas leyes a las encontradas en el mundo físico o material, facilitando la adaptación a los mismos y el deseo de residir en ellos.
Cuando el hombre es consciente de todo lo anteriormente mencionado, adquiere otra dimensión, más humana si cabe, pero que le posibilita acceder a los conocimientos que son la causa de todo el proceso evolutivo.
© 2002 José Luis Giménez
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