La vida es como un laberinto que hay que recorrer para alcanzar una meta final que en el mejor de los casos se desconoce, pero que, sin embargo, se intuye.

Y digo que se intuye porque, hasta ahora, nadie ha regresado desde el más allá para demostrar empírica y fehacientemente la existencia de otra vida o, en su defecto, de una continuidad existencial de la Consciencia individual del Ser humano.

La Ciencia no ha sido capaz de encontrar hasta ahora, una respuesta a diferentes fenómenos paranormales o sobrenaturales que se reproducen de forma habitual en miles de personas, que nos indicarían una existencia de la Consciencia individual más allá de la muerte, como son las llamadas E.C.M. o Experiencias Cercanas a la Muerte.

Y es que apenas contamos con algunas manifestaciones de tipo sobrenatural o paranormal, además de las exposiciones y testimonios particulares de las personas que han “regresado” del más allá, para poder obtener una conclusión al respecto, aunque ésta sea de carácter provisional, pues nada es concluyente y definitivo.

Y es así como se sigue buscando una respuesta definitiva por parte de todos que nos sirva de acicate, de motivación, de consuelo, de satisfacción o simplemente como justificación de nuestra existencia en el paradigma cosmológico.

Es por ello por lo que todos buscamos una respuesta. No importa el tema que nos ocupe en cada situación, pero siempre sentimos la necesidad de conocer la respuesta que satisfaga nuestras dudas o nos facilite el modo de llegar a conocer la verdad.

Y es que, la verdad, nunca suele ser absoluta, pues cada cual posee su propia verdad, una verdad subjetiva, que va a depender de toda una serie de condicionamientos, creencias y situaciones personales que harán que, la verdad que aceptemos sea aquella que nos resulte más cómoda o fácil de asimilar.

Y es precisamente en toda esta serie de condicionamientos o creencias personales donde se encuentran los mayores obstáculos, los cuales deberemos superar si realmente deseamos conocer la verdad absoluta, aun cuando ésta resulte incomprensible para nuestro raciocinio.

Es por esto por lo que, si realmente se desea conocer la verdad y obtener la respuesta, deberemos empezar por tener la mente abierta, libre de prejuicios, dogmas o creencias y, aun así, no existe garantía absoluta de que lleguemos a conocerla en su totalidad.

No obstante, no deberemos desanimarnos y abandonar la búsqueda de la verdad por el único hecho de que no tengamos absolutas garantías de encontrarla, pues rendirse de antemano, nos incapacita para seguir avanzando en la evolución necesaria del ser espiritual del que formamos parte.

En el presente trabajo, se intentará dar respuesta a muchas de las cuestiones que se presentan en este mundo físico y tridimensional en el que habita nuestro yo material, el cuerpo humano, en interrelación con otros planos de existencia de la Consciencia individual o entidad del ser.

Una tarea sin duda ardua y compleja en la que, el trabajo presentado en el presente libro intentará dar las respuestas que puedan ayudar a entender el motivo de la vida, de la existencia del Ser humano y su relación con la Consciencia Superior o Supra Consciencia.