REFLEXIONES DE UN INCONFORMISTA

Hasta hace unos años (siglo XX), el mundo se dividía en dos bloques: la Izquierda y la Derecha.

La Izquierda se suponía que había sido creada para defender los derechos de los más pobres, los más necesitados, los más débiles, del obrero… Así se vendió, y así ha perdurado durante un siglo (siglo XX).

La Derecha era la más fuerte, la que tenía todo el capital, la que aseguraba que el capitalista, el burgués, el rico, siguiese manteniendo el poder. En este caso, la Derecha, ha sido más duradera, puesto que ha existido desde siempre, sigue estando y seguirá existiendo por los siglos de los siglos, si antes no se acaba con este mundo con una guerra nuclear mundial, como así parece ser que va a ocurrir en cuanto a los países más conflictivos del mundo les parezca bien (sólo hay que ver lo que está ocurriendo actualmente con las guerras de Israel, Irán, Ucrania, Rusia…).

Actualmente, siglo XXI, los bloques ya no son de Izquierdas o Derechas. La Izquierda ya no existe, o por lo menos, hace mucho tiempo que ha dejado de defender los derechos de los más desvalidos, del obrero… Convirtiéndose en la mayoría de los casos en dictaduras comunistas, donde los únicos que viven a “cuerpo de rey” son los dirigentes. Y la Derecha sigue existiendo, pero con matices…

Ahora los bloques se diferencian entre los ricos, los exitosos, vs los pobres, los fracasados, pero en realidad todo forma parte de lo mismo, salvando las diferencias; y me explico: Quien realmente gobierna y tiene el poder no son los políticos y gobernantes, sino una “élite oscura” que está por encima de cualquier bloque de Izquierdas o Derechas. De hecho, dicha élite necesita de la existencia de ambos bloques para mantenerlos enfrentados y de esa manera continuar manteniendo el poder absoluto.

Y es que, el rico actual lo es porque, según dicen, ha sabido ser un buen emprendedor, aprovechar las oportunidades y sobresalir por encima del resto de pobres y fracasados obreros, que no sirven más que para trabajar para otros… Sí, eso es lo que se desprende de los discursos de la Derecha.

El de Izquierdas, sigue soñando con que vendrá un político de izquierdas que lo solucionará todo, que le solucionará sus problemas, que tendrá cubiertas todas sus necesidades y protegidos sus derechos sociales, etc. etc. Sin embargo, la corrupción política y judicial, impide continuamente que su sueño se haga realidad.

Pero la realidad es muy distinta. El rico no lo es simplemente porque haya sabido ser un buen emprendedor y aprovechar las oportunidades. No se hace rico nadie, o casi nadie, trabajando honestamente. Realmente apenas hay ricos que lo sean gracias a su trabajo honesto. Una gran mayoría de los ricos lo son porque, en algún momento, han recibido una “ayuda extra”, bien por heredar un negocio, por engañar o estafar a alguien, por explotar a sus empleados, o por tener connivencias con políticos y jueces corruptos (que de todo hay en la viña del Señor), por poner sólo algún ejemplo.

Así que, actualmente, tenemos que el rico es un personaje inteligente, valeroso y exitoso, además de atractivo/atractiva, al que todos quieren imitar y tener en su círculo de amistades (nótese cierta ironía).

El pobre es el obrero, el fracasado que nunca saldrá de pobre porque, a menos que invente una manera de “apropiarse de lo ajeno” sin ser descubierto, tendrá que trabajar durante toda su vida para poder cubrir sus necesidades básicas, y eso con mucha suerte.

Y hablando de suerte, la suerte es necesaria en todos los casos, tanto para el rico como para el pobre u obrero. Porque no se es rico, aunque se disponga de medios, si no se tiene el grado de suerte necesaria. De igual forma que el pobre u obrero necesita tener suerte para ser elegido para un puesto de trabajo (no me vengan diciendo que se elige siempre al mejor o más preparado, porque no es así).

Y visto lo visto, realmente lo que se necesita en esta vida es tener suerte. El ser muy bueno en lo tuyo no sirve para garantizar que podrás vivir de tu trabajo y esfuerzo. Se necesita tener “suerte” o, si se prefiere, amigos poderosos, “contactos”, y sobre todo: “pertenecer a algún círculo de poder”. Sin nada de lo anteriormente expuesto, no se tiene la menor garantía de tener éxito en lo tuyo, y mucho menos de llegar a ser rico.

Lamento si he desilusionado a alguien que aun cree en la justicia y la equidad, pero prefiero mostrar el mundo tal como es, a vivir engañando a los demás.

© 2024 José Luis Giménez

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